Tiempo de vacaciones
Para quienes gozan de un parate en el medio del año, vaya aquí una reflexión para acompañar el frío.
Tiempo de vacaciones
Tiempo de disfrutar. Tiempo para aprovechar. “Aprovechar”: qué palabra exigente que nos lleva a la angustia de encontrar aquello que valga la pena, ¡antes de terminar las vacaciones!
El tiempo acotado que limita la acción, puede actuar de aliado o de bálsamo a la preocupación de llenar la vida con la máxima aspiración.
Tiempo de conectarnos hacia adentro o hacia afuera, a lo nuevo y desconocido que nos abra los sentidos, y a lo viejo y conocido que nos lleva al replanteo del qué quiero y qué no quiero.
Las vacaciones pueden ser un escalón de descanso en la espiral de evolución, o actuar de trampolín para nuevos saltos por venir.
Podemos aturdirnos con programas, juntarnos con amigos, viajar y despejarnos o armar cada día según llega y como viene. La rutina se quebró y se abrió un agujero Aliciesco en que podemos perseguir maravillas, conectarnos con lo hondo, deshacernos del tiempo, jugar a ser pequeños, desplegar los talentos, realizar aquello que soñamos de la forma más real posible.
E ir tachando los días vividos a plena conciencia, y llevar esa generosa alegría al trabajo que nos vuelve a encauzar en rutinas que sustentan el ocio, el crecimiento, las decisiones, los cambios.
Aprovechar las vacaciones es elegir concientemente la manera de vivir.
Lic. Silvia Munton, julio 2015
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