El Arbol
De un tronco común hemos nacido
De raíces firmes, agarradas a lo profundo
Cavan hondo, se nutren con elementos nobles,
Minerales intersticios, ocres de hierro forjado.
La sabia bulle silenciosa en sus recorridos invisibles
Penetra cada poro, da consistencia a cada espacio vacío.
El tronco dividido, en busca de su destino,
Dos ramas mayores ha formado:
Cada una ha diseminado su sabiduría, su gentileza, sus maravillas,
en fructíferos descendientes.
Tarea terminada, las ramas se vuelven sobre sí
Hacia el centro y oh, sorpresa!
Encuéntranse rama con rama
Los follajes intrincados en una sola copa
Armónica, completa, bella, sagrada.
Queda un vacío entre medio
Pero ¿has notado?
Tiene la forma del amor.
Será la vuelta de la vida sobre sí misma
En eterna recreación y esplendor.
Silvia Munton
Mayo 2014