Inteligencia Emocional
A veces nos pasa que no sabemos discernir
qué es lo que verdaderamente nos pasa.
No tengo ganas, solemos decir
Ante una nueva situación.
Si miramos atentos a nuestro interior
Y permitimos aflorar, sin juzgar
A poco de andar van apareciendo
Los sentimientos variados que allí escondemos.
Miedo a lo desconocido, inseguridad
Primitivos reflejos de protección
Sentimientos de minusvalía
Entregan al otro el sumo poder.
Miedo a mostrarnos, vulnerabilidad
A ver si el otro nos puede atacar.
Y también el famoso miedo a brillar
Ser el blanco de envidias y acusaciones
Mejor pasar desapercibido
En la manada de ovejas seguimos.
Y estos sentimientos que vamos tapando
Nos van hundiendo en un sopor
De rutina esperable, pulsaciones de muerte
Que suman desprecio, sudan hedor.
Hasta que un día el hastío nos cansa
Y prorrumpimos a abrir el nido
Y nos animamos, y nos equivocamos
Y nos reímos de nuestros delirios.
Así desplegamos la vasta batería
De emociones propias a la plena vida
Que haya miedo, pues también hay coraje
Si hay excusas, pues a encarar,
Y así andando se descubre el latido
Del maravilloso corazón que vive vivo.
Y aprendemos a amigarnos
Con las protecciones
Y decirles amables
Que no necesitamos
Podemos crecer, y desplegarnos
Calzar los zapatos que nos corresponden
La inteligencia emocional
Se puede desarrollar
Como un músculo ejercita
Aprender a conectar
Sin tabúes ni temores
con la auténtica sinceridad
Fieles compañeros,
Han cumplido su ciclo, ahora crecidos
ya podemos despegar.
Silvia Munton