A Mitad de Camino
Ni sol ni árbol
Ni luna ni estrellas
Ya nada queda
Solo el vacío.
Vacío que se extiende ante mí
Como un universo de posibilidades
Y mucho temor, mucho cambio,
Un silencio que aturde
En su monótona letanía
En su amenazador vislumbre de que algo va a pasar
La angustia expectante de lo que vendrá
La sórdida esperanza de vencer la soledad
Y saber en el fondo que nunca llegará
Pues solos nacemos, solos decidimos y solos partimos.
Y saber que no hay nada si yo no lo creo
Si no le doy lugar nada acontecerá
Me quedaré sentada esperando cien años,
Llorando en un solo lamento turbio,
O puedo corajuda salir a buscar
Y el próximo paso temblando dar
Como un ciego persevera
Más allá de su ceguera
Y confiando en Sí sabe
sin ver por dónde va.
El final del túnel sólo se ve al llegar,
Ahora es avanzar, a tientas, pero avanzar,
Lo que pasó no es más, ni puede serlo
No se puede revivir a los muertos
Ni exprimir el néctar de un carozo
Ni hacer que el aspavientos de un molino gire
Atado al cordel de un burro empacado.
No se puede obligar al artista a crear
Ni hacer lágrimas de una piedra brotar
Ni acercarle un espejo al que no tiene ojos
Ni pasar al soñador a la acción.
No se puede borrar lo sufrido
Ni reinventar el propio sino
Solo descubrir lo que aún no apareció
Soltar amarras sin temor y sin dolor.
¡Mentiras! ¡Todo mentiras!
Hace falta la anestesia al dolor atormentado
No siempre resulta inspirar y exhalar
El remolino subterráneo a borbotones se queja
Abriendo cicatrices débilmente cosidas
No te apures a reír si todavía hay para llorar
El duelo no terminó, aún no terminó
Doble duelo de lo que fue y no fue
Murió el dolor y murió la ilusión
Mejor, así todo junto y de una vez
A ver si algo puede al fin, comenzar a nacer.
Toda la vida igual, ¡qué aburrimiento!
Algo tendrá que cambiar
¿Habrá tiempo?
Por lo menos llegar hasta el final del cuento
con vida hecha, realizada, plena.
Agrande, mujer, ¡crezca!
No se deje taimar ni por los ideales
Que estos no existen, pura cháchara son.
Ya basta de creer en pajaritos de colores
Quiero creer en la pompa de jabón
Quiero desaparecer en la magia
Porque si no, ¿qué queda?
El vacío, la angustia, la soledad...
Cuando vuelvan a tantalizarme los pajarillos
Yo misma les cortaré los dedos con una sartén de hierro
Y los freiré en aceite caliente
Y se los daré a comer a los perros.
Cuánta rabia contenida que ni siquiera puedo expresar
Tengo que ser bondadosa, comprensiva, ideal
Ya basta de mí también
Tengo derecho a odiar
Odiar la traición y la seducción y el silencio
Quedan a mitad de camino y me tapan la luz
No me dejan que avance ni retroceda
Ni girar ni mirar de costado.
Basta ya de eso
Sola estoy
Sola soy
Sola
Soy.
Y venga desde mí la propia decisión
Basta de esperar de otros la bendición
Soy bendita
Merezco ser
Merezco caminar, andar, crecer,
Oler, disfrutar, cantar, bailar
Alegre compañía y luego partir
Sin volver a comprometer
Sola sigo
Sola
Sigo
Voy siendo
Fuera los cobardes
Los que evitan, los que no quieren
Enfrentar sus propios fantasmas
Fuera mi propia cobardía
Basta ya de ocultar
Saldrá a la luz
La pura verdad
Que solo soy anhelo
Y no hay nada más.
Silvia Munton