Escribir es crear sinfonías de un violín vencido.
Poesía

A Mitad de Camino

Puesta de Sol

Ni sol ni árbol

Ni luna ni estrellas

Ya nada queda

Solo el vacío.

Vacío que se extiende ante mí

Como un universo de posibilidades

Y mucho temor, mucho cambio,

Un silencio que aturde

Árbol

En su monótona letanía

En su amenazador vislumbre de que algo va a pasar

La angustia expectante de lo que vendrá

La sórdida esperanza de vencer la soledad

Y saber en el fondo que nunca llegará

Pues solos nacemos, solos decidimos y solos partimos.

 

Luna

Y saber que no hay nada si yo no lo creo

Si no le doy lugar nada acontecerá

Me quedaré sentada esperando cien años,

Llorando en un solo lamento turbio,

O puedo corajuda salir a buscar

 Y el próximo paso temblando dar

Como un ciego persevera

Estrellas

Más allá de su ceguera

Y confiando en Sí sabe

sin ver por dónde va.

El final del túnel sólo se ve al llegar,

Ahora es avanzar, a tientas, pero avanzar,

Lo que pasó no es más, ni puede serlo

No se puede revivir a los muertos

Ni exprimir el néctar de un carozo

Ni hacer que el aspavientos de un molino gire

Atado al cordel de un burro empacado.

No se puede obligar al artista a crear

Ni  hacer lágrimas de una piedra brotar

Ni acercarle un espejo al que no tiene ojos

Ni pasar al soñador a la acción.

No se puede borrar lo sufrido

Ni reinventar el propio sino

Solo descubrir lo que aún no apareció

Soltar amarras sin temor y sin dolor.

 

¡Mentiras! ¡Todo mentiras!

Hace falta la anestesia al dolor atormentado

No siempre resulta inspirar y exhalar

El remolino subterráneo a borbotones se queja

Abriendo cicatrices débilmente cosidas

No te apures a reír si todavía hay para llorar

El duelo no terminó, aún no terminó

Doble duelo de lo que fue y no fue

Murió el dolor y murió la ilusión

Mejor, así todo junto y de una vez

A ver si algo puede al fin, comenzar a nacer.

Toda la vida igual, ¡qué aburrimiento!

Algo tendrá que cambiar

¿Habrá tiempo?

Por lo menos llegar hasta el final del cuento

con vida hecha, realizada, plena.

Agrande, mujer, ¡crezca!

No se deje taimar ni por los ideales

Que estos no existen, pura cháchara son.

Ya basta de creer en pajaritos de colores

Quiero creer en la pompa de jabón

Quiero desaparecer en la magia

Porque si no, ¿qué queda?

El vacío, la angustia, la soledad...

 

Cuando vuelvan a tantalizarme los pajarillos

Yo misma les cortaré los dedos con una sartén de hierro

Y los freiré en aceite caliente

Y se los daré a comer a los perros.

Cuánta rabia contenida que ni siquiera puedo expresar

Tengo que ser bondadosa, comprensiva, ideal

Ya basta de mí también

Tengo derecho a odiar

Odiar la traición y la seducción y el silencio

Quedan a mitad de camino y me tapan la luz

No me dejan que avance ni retroceda

Ni girar ni mirar de costado.

Basta ya de eso

Sola estoy

Sola soy

Sola

Soy.

Y venga desde mí la propia decisión

Basta de esperar de otros la bendición

Soy bendita

Merezco ser

Merezco caminar, andar, crecer,

Oler, disfrutar, cantar, bailar

Alegre compañía y luego partir

Sin volver a comprometer

Sola sigo

Sola

Sigo

Voy siendo

Fuera los cobardes

Los que evitan, los que no quieren

Enfrentar sus propios fantasmas

Fuera  mi propia cobardía

Basta ya de ocultar

Saldrá a la luz

La pura verdad

Que solo soy anhelo

Y no hay nada más.

 

Silvia Munton

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