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Eneatipo Cinco - El Observador
Roberto Perez
Prioriza el hemisferio izquierdo. Analítico, busca comprender y entender la realidad. El peligro para el agradecimiento en la vida es cuando la mente quiere entender todo y pierde el contacto con lo que no entiende. Si el 5 no eleva su conciencia, es imposible que entienda todo, ya que el pensamiento quiere que todo pase por la cabeza. No podemos dejar que el murmullo mental nos impida llegar al agradecimiento existencial. Para ser agradecido hay que dejarse sorprender, asombrarse. ¿Cómo hacer para que la mente no sea tanto la que rige la vida sino la que sirve a nuestra vida?
Brother David
Me pregunto cuál es el acceso más rápido que tiene el Cinco a la gratitud. Me viene a la mente una imagen: El Cinco es como una lechuza, que observa, completamente quieto. Por ejemplo en una discusión entre varias personas, puede pasarse diciendo nada durante toda la reunión, y al final resume todo con una claridad impecable. Analiza la situación intelectualmente, lo cual es muy diferente a la observación del parar y mirar. Sin embargo puede ser el comienzo para cazar la oportunidad.
El asombro es una manera maravillosa para que el Cinco acceda a la gratitud. A veces me encuentro con personas que me dicen que no pueden sentir agradecimiento. Entonces les pregunto si pueden por lo menos asombrarse. El asombro es la pequeña grieta por donde puede colarse la celebración. SI piensan en celebración como hacer una fiesta, el Cinco es probablemente el último al que invitarían. (risas)
Roberto Perez
Todo depende cómo miro la vida. Mi cualidad 5 debe pasar de mirar a ad-mirar, con el prefijo “ad” que da dirección puede entonces sorprenderse. Tengo que aprender a mirar con todo mi ser, no solo con la mente. Los que se animan a admirarse de las cosas pequeñas pueden ser agradecidos. Debemos recuperar nuestra capacidad de admiración. Todo lo cotidiano encierra una frescura que hay que saber ver; es la maravilla, como en el juego de los niños “veo veo, ¿qué ves? una cosa ¿qué cosa? Maravillosa”. Los ojos de los niños pueden ver la frescura, la maravilla de la vida. Recuperar la mirada de un niño: es allí donde esa nada se transforma en una presencia.
Brother David
¿Por qué es tan difícil que nos dejemos sorprender? Porque no nos detenemos. Tomamos un día entero a la vez, en lugar de valorar cada momento como especial. Si nos detenemos lo suficiente para ver este mismo momento, no podemos dejar de sorprendernos, porque cada momento es diferente, y en cada momento algo distinto nos es ofrecido. Solo podemos notar esto si nos entrenamos para parar. No me refiero a detenciones absolutas. Podemos comenzar con esas paradas que nos ofrece la vida, como cuando nos detenemos ante una luz roja. Cada momento es un regalo si nos detenemos a verlo. No es una pérdida de tiempo. De pronto tengo la oportunidad de parar y mirar a mi alrededor, y observar la maravilla que me rodea, una persona interesante, el paisaje, algo nuevo que capta mi atención. Aún cuando la vida nos regala estos momentos, muchas veces las desaprovechamos y continuamos con la rumia mental de nuestros pensamientos, típica del Cinco, pero también de otros tipos de personalidad.