Cuando no sepas qué escribir: sólo escucha a tu corazón latir.
Reflexiones

Fin de las vacaciones

¿Por qué cuesta tanto volver de las vacaciones? ¿O de una licencia? ¿O de un fin de semana?

¿Volver a qué?  sería la pregunta .

¿Y por qué “Volver” en lugar de “seguir adelante”?

Volver a la rutina, a lo impuesto, aunque sea por “libre” elección y la mayor vocación y dedicación, (porque imagino que hasta Madre Teresa debe haber tenido que luchar contra su sueño  al levantarse y emprender nuevamente la tarea que hacía con tanto esfuerzo además de tanto amor), nos da la sensación de encierro, de limitación, de no poder hacer lo que nos plazca, de tener que obedecer las reglas, adaptarnos a lo que nos manden, aún si somos los propios jefes.  

Volver a encauzar las energías en una disciplina de vida, da la sensación al espíritu libre de ser  acorralado, rodeado, como las vacas para que entren a la manga, en lugar de pastar libremente por el campo. Entrar a la manga de la producción, del sistema, de ganarse la vida de una u otra manera, de ejercer la profesión, de cumplir con tal o cual rol, de organizar nuestra existencia.

¿Por cuánto tiempo produce  placer dejar las energías a su  libre albedrío? ¿Podemos estar eternamente de vacaciones? ¿O solitos se empiezan a ordenar los átomos recientemente liberados en moléculas que se atraen entre sí, que a su vez formarán sus propios órganos habiendo descubierto y experimentado diversos intereses, transformándolos ora en hobbies, ora en proyectos reales, descartando aquellos para los cuales no se encuentra el sentido duradero?

El aire en el espacio se expande, se libera, viaja gozoso, pero se va haciendo cada vez más ralo, va perdiendo fuerza. Por el contrario el aire comprimido dispara balas, pero también infla ruedas, origen del desarrollo, de la evolución humana. En su justa medida,  bien inhalado y exhalado, es lo que permite llevar una vida  balanceada, armónica, feliz.  

Como la respiración, los momentos de ocio son tan necesarios como el trabajo. Y los momentos de trabajo son tan necesarios como el ocio. Podemos quitarle la carga de peso y agobio si entramos a la manga elegida a conciencia, sabiendo que gracias a ella tendremos buena leche, y disfrutando tanto de amasar el pan como de saborearlo.

¡Buen regreso a los trabajos! 

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