ENOJO, esa incómoda emoción
Explorar nuestras propias emociones difíciles, como el miedo o el enojo, lleva a verlas en su justa medida. Vaya aquí una muestra de reflexión sobre el propio enojo, una vez acontecido, y cómo el hecho de escribir sobre la emoción va cambiando su perspectiva, su juicio, y su función. Indagar las causas últimas es sanador de por sí.
Odio mi propio enojo
Me siento tan vulnerable
Tan a merced de mis peores instintos
Como gobernada por un loco sin control, sin límites
Temo que nunca ha de amanecer.
Mi enojo es negro, dominante, imperativo
No admite ningún coto
Cualquier intento de apaciguarlo
Solo echa más leña al fuego.
Como en arenas movedizas
Más agito, más me hundo
Como lombriz busca cavar hacia el fondo
En lugar de buscar la salida de aire.
Rechaza el aire
Como pirata que cree estar a punto
de encontrar un tesoro importante
Algo que debe ser develado
Y con el temor de que el monstruo marino descubierto
Vuelva a esconderse en el vasto océano
Quiere extraerlo y llevarlo al museo
Y que sea expuesto para su juzgamiento y ejecución
O acaso liberado de su cárcel sufriente
Si es que enmiende y repara su cruel acción.
Mi enojo es hiriente
Me avergüenzo de su estallido
Como un niño mal criado que deja
mal parado a sus padres, devotos educadores
Mi enojo es malo, y ocupa todo el espacio
No deja lugar a nada ni a nadie más
Sordo y ciego patalea como un bicho
Clamando de alimento su mísera ración.
Acaso sea solo un niño mal herido
Que hay que abrazar con tierna fuerza
Y una vez aplacada su ira
Acariciar y escuchar con mayor calma
Para que su tormenta no vuelva a destruir.
Mi enojo pide disculpas por su forma desprolija
Y agradece su estallido que clama atención.
Prestar atención a la causa justa,
Volverla digna de consideración
Ubicarla en su contexto
y dar cabida, si corresponde
a su petición.
Seguramente mi enojo volverá a aparecer
Pero esta vez espero estar preparada,
Contaré hasta treinta antes de actuar
Y cuando lo haga
Será con diplomacia y efectividad
Para encausar, aliviar, descomprimir, aclarar.
Mi enojo está más tranquilo
En el fondo del mar
actuando de motor en la creación de la marea
Aquella que permite a la ola
Lavar los restos en la arena encallados
Triturar las conchas y devolverlas al suelo
Erosionar ríspidas salientes creando refugios para aves
Recrear a los surfistas aventureros, temerarios
Acunar son sus arrullos a silenciosos durmientes
Hipnotizar con sus espasmos a los enamorados.
Solo pido que mi enojo me asista
en esta ardua tarea de vivir
Que sea mi cómplice y mi aliado
Mi arma que no en vano
salga a relucir.