Respiro y renazco
Respiro
Me sumerjo
Al fondo oscuro y silente
Me engulle una ballena
Allí quedo quietita, a la espera.
Tambores africanos anuncian la entrega
El sacrificio de la doncella al principio de autoridad.
La madre nutricia da a todos sus dones
El espíritu emerge, se purifica, comulga con las estrellas.
Vuelve a la tierra, encarnada en salvadora alegría
Hay demasiado sufrimiento en el mundo
Su función, traer luz que suture y alivie.
Lucha con la envidia, la crítica injusticia
Se vuelve culposa de emerger
Sus sonrisas no son recibidas
con auténtica bonhomía
La lucha continúa por
El derecho a nacer
Y esparcirse y brillar
A pesar de las penas
Con ingenua algarabía
Y disfrute de la vida
Silvia Munton, mayo 2015