Cuando no puedas dormir, levántate a escribir.
Sanación

Las grandes ventajas del paso del tiempo

Estoy tan agradecida a la presbicia

Alegremente ando por la casa sin ver

Ni pelusa, ni telaraña ni señal de suciedad.

Cuando miro al espejo, ni una arruga hay

¿imperfecciones ajenas? Apenas si están

La intuición pesca al gallardo galán.

Y ¿para qué escuchar palabras necias?

Por eso oídos sordos me han dado

¿quién quiere a esta altura de la vida

palabras soeces, ruidos intrincados?

Ni lo que escribo leo

Para suerte de la imaginación

Así no tropiezo dos veces

Borrando la misma canción.

¿Y tener menos fuerza en los músculos?

¡Vaya si es bendición!

Prestos corren a socorrerte

Los jóvenes con gran amor

Y ya puedo descansar tranquila

No ser la primera que agita

A apagar incendios

Contestar teléfonos

Ya otros varios encárganse de eso

Y puedo dedicarme así de lleno

A la perfecta contemplación

A gozar de pequeñas semillas

Que florecen a paso de hormiga.

¡Venga vejez que natura es sabia!

El ritma ralenta, el alma expande

Todos llegaremos camino al cielo

A pasar las proezas que iluminan el vuelo.

 

Silvia Munton

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