Responder a sí mismo
Ser responsables por nuestras propias vidas no es tarea fácil. Indagar nuestros propios miedos, ayuda en el camino de la individuación. Vaya aquí una reflexión basada en el Complejo de Jonás, término que acuñara Abraham Maslow, inspirado en el personaje bíblico, referido al temor a la propia grandeza o huída del propio destino, entendido como el propósito de vida que cada uno de nosotros vino a cumplir. y cuya tarea es descubrir y realizar a lo largo de la vida.
Quizás la angustia no sea tanto por lo perdido
Sino ante el presente y el futuro
¿Ahora qué?
¿Qué pasos dar que dejen huella en este mundo
Aunque se lave la huella de inmediato con la próxima oleada?
Pez ya fui, ave seré, pero en esta vida tengo pies
Que dejan su impronta en la arena colectiva
De esta gran evolución.
Toda otra huella queda grande, o chica
O angosta, o ancha,
Ninguna encaja exactamente a esta Cenicienta.
Cómo hacer para convertirla en Princesa
Digna dueña de su zapatito de cristal.
Es tan frágil el cristal, tan noble y transparente,
¿cómo mancillarla con barro estanco, olor hediondo?
¿Podrá el cristal ser gel adaptable a los temblores de su dueña?
Lo que angustia es el paso a la gloria,
La responsabilidad de ser uno mismo
Es más cómodo quedarse fregando
Harapienta, mandada por otros
Llorando las propias desgracias
Soñando con imposibles.
Más aterrador es ser elegida por el príncipe
Espejismo del propio ideal interior
Y llenar ese espacio
Desplegada, sin miedo y sin vergüenza
Brillando por el poder del hada madrina,
De la propia potencia de lo posible.
Y volver a recrear ese fulgor es lo que asusta
¿Y si esta vez el príncipe elige a otra?
¿Si no reconoce mi voz cuando esta vez me disfrace de Sirenita
O de Blancanieves o de Bella?
Tantos personajes somos
Difícil pesquisar cuál es nuestro verdadero ropaje,
Acaso no sea ninguno totalmente
Y sean todos, cada uno en su propia vertiente.
Animarse a calzar el calzado
Más apropiado a cada ocasión
Es llevar la valentía al exterior.
Pisar con paso firme y seguro el terreno llano
Asegurarse doblemente en empinadas escarpadas
Clavar los frenos en las deslizantes bajadas
Disfrutar del alto en el camino
Y volver a respirar.